ARTÍCULOS Y REFLEXIONES
Eutanasia: Adelantar el Reloj de Dios.
Hace algunos años, atendí en el templo a un señor que llegó buscándome para una de las grandes preguntas que se deben responder en los momentos cruciales. "Padre, mi papá está muy mal en la clínica, está conectado a máquinas, y el médico nos ha dicho que no hay nada más que hacer, que debemos desconectarlo" ... "mis hermanos me dicen lo mismo... ¿Qué hacemos, padre? Lo primero que pensé fue en aquello que tan elegante, suavizado y diplomáticamente se dice "muerte asistida"... Después pensé en el "juramento médico"... (y en que el mismo Hipócrates se opuso a la eutanasia)... y luego le respondí: "Por favor, no adelanten el reloj de Dios"... Me ofrecí, si deseaban, que le diera el sacramento de la Unción de los Enfermos (que en este caso era el clásicamente llamado "extremaunción") a lo que consistió con gran consuelo. Su familia y él son muy cristianos por lo cual, consideraban al sacramento como lo que es y lo que significa. Una Gracia de Dios en las horas de gran dolor.
Oramos juntos y ellos participaron activamente en la celebración y después les dije a ellos todos... "no adelanten el reloj de Dios, Dios tiene para cada uno de nosotros un tiempo y a veces nosotros podemos ser los portadores de ese tiempo, pero en mi juicio el consejo del doctor no era el mejor... Por otra parte, el día de mañana, algunos de ustedes; de los que no estarán completamente de acuerdo, bien podrían sacarle en cara a los otros hermanos que tomaron una decisión terrible... y mientras tanto el que podría consistir, tal vez arrastraría en su conciencia un dolor y un tormento terrible.
La familia optó por "esperar el reloj de Dios", el médico les habló de más gastos, etc. Pero ellos, menos mal que no se paralizaron frente a ello, y continuaron con su decisión. Asombrosamente en la noche de aquel día, la persona en cuestión (más de 90 años) comenzó a mostrar indicios de una mejoría impresionante, a 4 días de aquello, estaba de alta y volvía a su casa junto a los suyos, disfrutó a sus hijos, puso en regla las cosas, compartió con sus nietos, reconcilió historias, preparó nuevamente el testamento, pidió perdones y recibió abrazos y caricias, vivió varios meses más y una mañana muy temprano lo encontraron en su cama sin vida con un semblante lleno de paz y tranquilidad.
Al tiempo, me encontré con el hijo que me había buscado, le pregunté por su padre y me contó todo ello y añadió... "nos hizo tan bien el nuevo tiempo que Dios le regaló, él mismo nos decía que estaba viviendo unos días tan bonito y nos dio mucha pena su muerte, pero una paz muy grande porque Dios estuvo con nosotros y estuvimos a punto de violar la vida que Dios nos regala".
Me salió un poco larga esta historia, pero hoy la pongo en el tapete porque en nuestro país se está discutiendo para legislar sobre la eutanasia (del griego. Eu= buen, buena. Thanatos= muerte) el buen morir.
¿Qué entendemos por el "buen morir" ese buen - que desde nuestro lenguaje - es el disfraz de las letras con que se puede escribir "mal, violenta, manipulada, monstruosa y maquiavélica ... muerte"
Creo que estamos ad portas de un giro terrible en los valores fundamentales de la sociedad.
Hoy por hoy, existen menos de 10 países en el mundo en los que se ha aprobado la eutanasia y decorada con palabras de asistencia y el buen morir para evitar sufrimientos, etc. ¿Qué te pasa Chile? ¿qué te ocurre sociedad y mundo político de Chile? Para algunas cosas y muy selectas, miras a países desarrollados para ponerlos como ejemplo a imitar (obviamente por conveniencias y confrontación de temas que son para nosotros relevantes y que aún tienen una deuda pendiente en nuestra sociedad). ¿Nos queremos comparar y/o sumarnos a esos países por un alarde de vanagloria y/o una especie de madurez o mal entendido progresismo legislativo? ¡Por favor...!
La discusión en Chile se está disfrazando de "dignidad de paciente" y para los promotores del proyecto esté queda corto porque no incluye esa "dignidad" a niños, niñas ni adolescentes y para sus males otra cosa que entorpece y que bueno que lo entorpezca es la llamada "objeción de conciencia de instituciones" pero...
...¿Por qué ahora? Justo en tiempo de pandemia y en tiempo de "plandemia" justo en tiempo en que sentimos cada vez más frágil la vida y la muerte nos aterra con cifras y con rostros de seres que amamos y que incluso nos ha llevado a llorar por seres que ni siquiera conocíamos. Nuestros políticos nos hablan de eutanasia justo cuando nos sentimos más sensibles y cuando apostamos a una nueva humanización y cuando estamos "re-educándonos en valorar las cosas sencillas de la vida". Simplemente esto es una bofetada a quienes valoramos la vida como el regalo más precioso.
Perdonen, pero ciertamente esto tiene cara de "plandemia" por lo menos de una, puesto que ella tiene varias caras.
Socialmente nuestro pueblo está a la espera de elecciones y con el sueño bajo el brazo de querer tener una nueva Constitución y nos peguntamos ciudadanamente hablando ¿qué país queremos? ¿qué tipo de gobierno queremos? Pareciera que nuestros políticos tienen una agenda del "apuro y del amarre" No quieren asumir que la ciudadanía toda, está en la búsqueda de una nueva forma de ser y hacer país, donde queremos conjugar la palabra "DIGNIDAD" con todas sus letras y todas sus dimensiones, siendo su marco regulador: la Vida, la Paz, la Tolerancia y el Respeto entre otras cosas.
De aquellos países que han aprobado la eutanasia, el sentido de la vida es más efímero (obviamente con relaciones afectivas más frías y funcionales) creo que, en nuestra genética, los afectos forman parte vital en nuestras relaciones y el sentido de agradecimiento por la vida es el gran valor que está llamado a ser transversal a nuestra existencia y espero que algún nuevo candidato a Constituyente pueda tomarla como estandarte y brújula de un país nacido para vivir con todos los valores humanos que existen, sin excluir ninguno.
Hemos madurado en el sentido de la vida hacia el cuidado del medio ambiente, hacia los animalitos, y en los seres humanos al respeto a la vida y al género. Entonces, esto otro es totalmente contradictorio.
Creo que bajo la premisa de "evitar el sufrimiento" lo que se quiere hacer es darle un trono a la lógica de la utilidad del ser humano para la sociedad.
La cultura de lo "descartable" a la que hace mención de cuando en cuando el Papa Francisco, tiene también aquí un lugar para interpelar a la eutanasia.
¿En cuál Eu-tanasia no creo?
- No creo, ni quiero la Eu- que significará "hacerse dios y dar fin a la vida" prostituyendo la palabra "fiat" (hágase) con la que Dios comenzó todo lo creado incluyendo al Ser Humano.
- No creo, ni quiero la Eu- que significará "adelantar el reloj de Dios para cada ser humano"
- No creo, ni quiero la Eu- que ve la vida como un interruptor que puedo encender o apagar a mi antojo de pseudo dios.
- No creo, ni quiero la Eu- que mide la vida como producto rentable y que ya ha consumido tal cantidad de aire y ahora no le queda saldo a su favor.
- No creo, ni quiero la Eu- que sirve numéricamente a sistemas económicos y a gráficos para los poderosos que juegan a tener el mundo en sus manos.
- No creo, ni quiero una Eu- que disfrazada de dignidad se esconde cuan monstruo que se ríe de la etimología de dignidad (dignitas: nobleza, valor) y que justamente a la vida le quiere quitar su valor.
¿En qué "Buen Morir" creo?
- Creo y quiero la Eu- que significa, ayudar al enfermo a reconciliar su vida, sus historias y sus afectos.
- Creo y quiero la Eu- que he visto en los "poli del dolor" en tantos hospitales, donde existen enfermos terminales, y que, aun así, siguen sonriendo y se saben amados no por compasión, sino por dignidad y hasta el último, siguen aprendiendo y enseñando a otros a enjugar las lágrimas y las impotencias.
- Creo y quiero la Eu- que permita al ser humano abrirse a lo trascendente y alcanzar a tener una mirada agradecida de su vida y de lo que entregó y compartió.
- Creo y quiero la Eu- que incluso en el dolor, sabe darle un sentido oblativo a ello y que santamente - lo he visto en muchos casos - lo han sabido unir al dolor de Cristo en la Cruz.
- Creo y quiero la Eu- que permita darle un sentido sabio y un beso a la "hermana muerte" como diría San Francisco de Asís)
- Creo y quiero una Eu- que permita estar con los suyos o con alguien hasta el último aliento y ese aliento sea de amor entregado.
- Creo y quiero una Eu- que cierre los ojos del que falleció y que la lágrima compartida sea de pena por el afecto y no de Cargo de Conciencia ni de "mojigatería".
Por último, creo que a muchos nos ha tocado o nos podrá tocar, despedir a nuestros seres más queridos y muchas veces en ese momento, nos gustaría hasta darles de nuestra vida para que ellos sigan viviendo y como no se puede... nos hemos mantenido junto a ellos compartiendo esa dimensión de lo trascendente que no podemos entender, pero que hemos vislumbrado, cuando nuestros seres queridos han partido, y nos damos cuenta que van a un lugar que no podemos describir pero que resumimos como "maravilloso" - desde mi fe digo "Reino de Dios".
En el lecho de muerte de mi madre, cuando llegaban los dolores más fuertes del cáncer que la poseía, decía ¡Hasta cuándo, Dios! Y se respondía a sí misma... "Hasta estar lista"
Dichosos los que se pueden preparar para ese momento, aunque sea en el dolor, porque el dolor, creo, tiene dos percepciones la nuestra y la del que lo padece en ese momento... y creo, por mi poca experiencia estando al lado de varios moribundos... la dimensión del dolor en ellos, es otra, a veces es "anestesiadamente oración e incluso mística" y es una dimensión que no podemos describir, sólo habrá que vivirla para conocerla en profundidad.
Por ello, a los que miran con ojos progresistas y magnánimos la Eutanasia, les digo que tu concepción del dolor "racionalmente hablando" no llegará nunca a ser el que lo padece en esos momentos y que tal vez hasta en ese momento... no lo quiere y se aferrará al último ápice de vida, porque la vida es el aliento de Dios y que vuelve a él, como abrazo que se funde en su Todo.
Hermanos de esta humanidad, estamos en pandemia, pero no podemos estar "pandemizados" de pensar y sacar de la vista y de nuestras reflexiones la otra mirada de la vida que está en juego, no por virus, ni por enfermedades terminales o accidentes, sino por la mente de personas que, sin duda, algo quieren o pueden ganar con todo ello... (La serpiente les dijo "Y seréis como dioses").
Concluyo tarareando unos versos de una canción que dicen: "Creo Señor en la Vida, creo que vale apostar, creo en las manos abiertas... // en el Dios que manda a la muerte su presa soltar... // Cristo, Señor de la Historia, creo en tu resurrección, clave de todo destino, derrama tu vino sobre esta nación".
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